«…Educar en el goce significa generar entusiasmo. Generarlo siempre, en todas y cada una de las actividades, de los ejercicios, de las prácticas, de los ambientes, de las relaciones, de los resultados, de los progresos, de los errores incluso. ¿Qué significa un proceso educativo sostenido por el entusiasmo? Significa que todos los que participan en el mismo se sienten vivos, comparten su creatividad, generan respuestas originales, se divierten, juegan, gozan. Educar por el goce es movilizar las energías en una aventura lúdica compartida; sentir y hacer sentir; participar entregando lo mejor de sí y recibiendo lo mejor de los otros. Todo ello implica necesariamente un ambiente gozoso, tanto en los recursos materiales como en el encuentro humano. Entra aquí la riqueza de los sentidos, de la imaginación y de la creación colectiva.
Si hemos nacido para gozar tenemos todo el derecho a aprender a gozar. Esto va directamente en contra de modelos ilusorios del goce, como los difundidos a escala masiva por la publicidad. Hay otras formas, como las respuestas a la pregunta antes formulada: ¿cuándo gozas la vida? Si la actual escuela no enseña a gozar, el sentido de una educación alternativa es educar para el goce. El goce es un punto de partida y de llegada, un acicate para vivir y la clave de la vida misma» (Francisco Gutiérrez y Daniel Prieto; La mediación pedagógica. Apuntes para una educación a distancia alternativa. Ed. La Crujía, 2007).
(Sigue aquí: Cómo hacer un Lipdub…).
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